La autoimagen y su impacto en la autoestima
La autoimagen y su impacto en nuestra autoestima.

¿Alguna vez te has preguntado cómo la forma en que te ves a ti mismo afecta cada decisión que tomas? y ¿sabías que esa manera de mirarte está directamente relacionada con cómo te perciben los demás? Como has podido observar hoy vengo para hablarte de la autoimagen y su impacto en nuestra autoestima.

La autoimagen y la autoestima son conceptos que caminan cogidos de la mano. En mi opinión, la autoimagen habla sobre cómo nos vemos a nosotros mismos mientras que la autoestima habla sobre cómo nos queremos y nos hablamos.

En este artículo voy a hablarte sobre los conceptos de autoimagen y autoestima. Te mencionaré algunas de las distorsiones más comunes sobre la autoimagen. Profundizaré en cómo la autoimagen afecta a la autoestima y, para acabar, indagaré sobre estrategias psicológicas que nos ayuden a mejorar nuestra autoimagen.

Autoimagen y autoestima

Como ya sabrás, si has leído más artículos míos, la primera definición que suelo recoger es la de la RAE, por ser la institución española encargada de que la lengua no pierda su esencia a pesar de sus constantes cambios.

La AUTOIMAGEN es la combinación de la palabra IMAGEN (representación mental de alguien o algo) que viene del latín «imago» (retrato, copia o imitación) y el prefijo AUTO, del griego «de o por sí mismo«. Por tanto, podemos definir este concepto como: el retrato que tiene uno de sí mismo.

La RAE definió en 2014 el concepto de AUTOESTIMA como la » valoración, generalmente positiva, que una persona hace de sí misma». Procede de la palabra estimar, que incluye entre sus significados amor, apego, cariño y aprecio. Basándome en esta definición, creo que la autoestima habla de cómo nos queremos a nosotros mismos, cómo nos hablamos y cómo nos definimos. Dicha valoración puede ser positiva o negativa y, en cómo nos definimos, entrarán en juego nuestras emociones, sentimientos, percepciones, valoraciones, etc.

Estos dos conceptos están estrechamente relacionados entre sí debido a que la imagen que uno tiene de sí mismo incide directamente en cómo uno se quiere y se habla. Esta percepción de nosotros mismos afecta, aunque no lo creas, a las decisiones que tomamos a diario. Veamos algunos ejemplos: una persona con una autoestima sana y positiva está más dispuesta a asumir retos como postularse para un nuevo empleo o realizar un proyecto nuevo; sin embargo, una persona con baja autoestima no aspirará a una promoción laboral por pensar que no está suficientemente preparada para el puesto, aunque cumpla con los requisitos.

En el caso de la autoimagen ocurre lo mismo, la autoimagen moldea cómo nos presentamos al mundo y cómo cuidamos de nosotros mismos. Por ejemplo, un estudiante con una autoimagen negativa que saca una nota promedio, aunque aceptable en un examen y se dice a sí mismo que nunca será suficiente o que es un fracaso. Por el contrario, una persona con una autoimagen positiva el diálogo que mantendrá consigo misma será que fue solo un error y que puede mejorar porque tiene habilidades suficientes para hacerlo.

La autoimagen y la autoestima son conceptos muy importantes que afectan tanto en lo físico como en lo psíquico de las personas. Incluyen cómo nos vemos, cómo nos sentimos y qué pensamos sobre nosotros mismos y sobre las cosas que hacemos. La autoimagen la vamos creando desde la infancia y tienen un papel muy importante en ella las personas con las que nos hemos relacionado a lo largo de la vida.

Distorsiones de la autoimagen

Las distorsiones de la autoimagen son percepciones erróneas o poco realistas que una persona tienen sobre sí misma, ya sea física, mental o emocionalmente. Estas distorsiones suelen influir en la autoestima, la confianza y las relaciones sociales. Hablemos sobre las principales.

  • AUTOIMAGEN NEGATIVA: tendencia de la persona a enfocarse en sus defectos, minimizando o ignorando sus cualidades. Esta actitud puede llevar a un sentimiento de inseguridad o de insuficiencia. Por ejemplo, una persona que se siente poco atractiva, a pesar de recibir elogios sobre su aspecto.
  • PERFECCIONISMO: se basa en la persecución de un estándar inalcanzable para sentirse digno o aceptado. Aquí encontramos a las personas que creen que solo alcanzando un peso concreto o éxito profesional serán «suficientes».
  • COMPARACIÓN SOCIAL EXCESIVA: evaluarse constantemente comparándose con los demás. Aquí el enfoque lo ponemos en lo que nos falta en vez de fijarnos en nuestros logros o cualidades.
  • PENSAMIENTO DICOTÓMICO: se refiere al pensamiento de «todo o nada». Es la percepción de uno mismo en términos extremos. «Soy perfecto» o » soy un fracaso total»
  • AUTOCRÍTICA CONSTANTE: se trata de evaluarse de manera especialmente severa sin tener en cuenta logros o aspectos positivos. Por ejemplo, una persona que se dice a sí misma «no valgo para nada» cuando algo no sale como esperaba.
  • HIPERVIGILANCIA SOBRE LA APARIENCIA: obsesionarse con la forma en que los demás perciben la propia apariencia. Arreglarse constantemente porque se teme el juicio de los demás.

Existen más distorsiones de la autoimagen, yo te he mencionado, como siempre, las que yo he detectado en conversaciones y sesiones que son las más habituales.

La autoimagen y su impacto en la autoestima.

Como ya hemos comentado anteriormente la autoimagen es la percepción que tienes de ti mismo incluyendo aspectos físicos, emocionales y de personalidad. Por otro lado, la autoestima es la valoración emocional que haces de tu valor personal. Si tu autoimagen es constantemente crítica y negativa tu autoestima se verá reducida.

Existen también algunos factores que pueden fortalecer o, por el contrario, debilitar nuestra autoimagen:

  • LA INFLUENCIA SOCIAL: como las opiniones de los demás o los estándares de belleza.
  • LA AUTOCOMPARACIÓN: compararte con amigos, personas en redes sociales o modelos pueden afectar tu autoimagen.
  • LAS EXPERIENCIAS TEMPRANAS: lo que aprendiste sobre ti mismo en la infancia puede afectar a cómo te percibes y valoras en la adultez.
  • LAS PRÁCTICAS INTERNAS: el diálogo interno, la gratitud y la autocompasión pueden ser herramientas clave para mejorar tu autoimagen y, en consecuencia, tu autoestima.

Cuando la autoimagen y la autoestima están bien alineadas eres más resistente ante críticas o errores, tomas mejores decisiones como cuidar tu cuerpo o priorizar tus metas y te sientes más cómodo en relaciones personales y profesionales.

Para mantener tu autoimagen debes reevaluar tus creencias preguntándote si las percepciones negativas sobre ti son reales o interpretaciones erróneas. Cuidar tu cuerpo y tu mente también te ayudarán a verte mejor y sentirte mejor contigo mismo. Evitar las comparaciones, debes recordar que cada persona tiene su propio camino y sus propios desafíos. Y por último, buscar apoyo, un coach o un terapeuta pueden ayudarte en el proceso de mejora de autoimagen para fortalecer tu autoestima.

Estrategias psicológicas para mejorar la autoimagen.

Existen diferentes estrategias para trabajar la autoimagen y el diálogo interno que mantenemos con nosotros mismos. La primera estrategia que te voy a mencionar es que practiques la AUTOCOMPASIÓN. Y te voy a hacer mención aquí a la médica psiquiatra Marian Rojas, a quien escuché en una de sus entrevistas poner el mejor ejemplo que yo he escuchado a este respecto. Ella aconsejaba lo siguiente: «No te digas a ti mismo lo que nunca le dirías a un amigo o a un ser querido».

Te recomiendo que veas esta entrevista a Marian Rojas que habla sobre el tema del que estamos tratando.

Practica el CUIDADO PERSONAL INTENCIONADO. Esto se refiere a dedicar tiempo y energía de manera consciente y planificada para cuidar de ti mismo, no solo físicamente, sino también emocional y mentalmente, con el propósito de fortalecer tu autoimagen y tu autoestima. Las actividades basadas en la autoaceptación y el autocuidado son un potente recurso en este sentido. Haz deporte, cuida tu higiene y aliméntate bien. Identifica y atiende tus emociones con meditación, escritura terapéutica o terapia. Estimula el aprendizaje, la creatividad y el crecimiento personal (leer o aprender una habilidad nueva). Conecta con tu propósito alineando tus acciones diarias con lo que es importante para ti.

Las AFIRMACIONES POSITIVAS y las LISTAS DE LOGROS también son una buena manera de cuidar tu autoimagen ya que te ponen en contacto con tus habilidades, tus metas y retos superados, aunque sean pequeños. Decirte a ti mismo cada mañana lo valioso que eres o escribir tres logros diarios antes de acostarte como la comida que has cocinado, el libro que has empezado o terminado, etc.

SALIR de tu ZONA DE CONFOT con pequeños retos controlados te ayudarán mucho a reforzar tu autoestima. Por ejemplo, conducir hasta un lugar nuevo o subir un monte.

Rodearte de PERSONAS POSITIVAS es fundamental. Toma distancia de la gente que sientas que tira por tierra tus esfuerzos, que no te valida o que tiene una actitud negativa hacia tu persona.

La REESTRUCTURACIÓN COGNITIVA te ayudará a modificar ese diálogo interno del que ya hemos hablado. Si piensas: «Nunca hago las cosas bien» hazte consciente del pensamiento e intenta cambiarlo por: «A veces cometo errores, pero también soy capaz de lograr metas».

Vive alineado con tus acciones. Se trata de vivir de manera coherente con lo que se piensa. Por ejemplo, si valoras la honestidad debes comprometerte a ser honesto contigo mismo y con los demás, eso reforzará la coherencia entre cómo te ves y cómo actúas.

Por tanto…

Todos, en algún momento de nuestra vida, sentimos una devaluación de nuestra autoimagen. Si es de manera objetiva, puede ayudarnos a mejorar aspectos físicos, intelectuales y emocionales. El problema viene dado cuando esto se convierte en una constante en nuestra vida y hace que nuestra autoestima se vea afectada, hasta el punto de poder llegar a producir trastornos graves. Por todo eso es importante hablar de la autoimagen y su impacto en la autoestima.

Como te he explicado anteriormente, la autoimagen y la autoestima son conceptos que se encuentran estrechamente relacionados. Es importante, de vez en cuando, mirar hacia nuestro interior y evaluar el modo en que nos tratamos y nos hablamos a nosotros mismos.

A veces, sufrimos distorsiones de la autoimagen que afectan directamente a nuestra autoestima. Te he mencionado las que yo veo más habitualmente, pero hay más. Es importante evaluar cómo nos sentimos en este sentido y ponernos en manos de profesionales si vemos que, por nosotros mismos, no somos capaces de poner orden en estos pensamientos.

Podemos trabajar en las estrategias que te he mencionado anteriormente para mejorar poco a poco nuestra autoimagen. Es un trabajo constante. No es algo que hagas un día y luego te olvides, eso no serviría para nada. Debes incluirlo en tu vida como una manera de estar en contacto contigo mismo y modificar las actitudes o los diálogos que te perjudican.

Recuerda esta frase que decía Buda: «Ni tu peor enemigo puede hacerte tanto daño como tus propios pensamientos»

Bibliografía y recursos web

  • T. Deshimaru. 1981. Preguntas a un maestro zen. Septiembre 1982. Barcelona. Editorial Kairós.
  • www.rae.es/diccionario
  • www.uam.es/uam/media/doc
  • www.redescolar.ilce.edu.
  • www.youtube.com

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