Acoso escolar: comprender, prevenir y actuar.

¿Alguno de tus hijos está sufriendo o ha sufrido alguna vez acoso escolar? He titulado este artículo «Acoso escolar: comprender, prevenir y actuar», porque creo que, es importante entender el tema que vamos a tratar para poder tomar medidas al respecto llegado el caso.

El acoso escolar es algo que ha existido siempre, pero ahora ya no acaba a la salida del colegio, sino que acompaña a nuestros hij@s allá donde vayan debido al uso cada vez más frecuente y temprano de las nuevas tecnologías.

No pretendo tiranizar el uso de las tecnologías, pero tengo que hacer mención a esta herramienta como extensión del acoso que se puede estar sufriendo en la escuela/instituto. Para ello, te voy a explicar brevemente qué es el acoso escolar y los tipos de acoso existentes. Además, te hablaré de los factores que contribuyen a dicho acoso y las consecuencias en nuestros niños y jóvenes. Una vez situemos todo lo anterior, te señalaré cómo identificarlo y prevenirlo. Y para finalizar, te explicaré cómo debes actuar en caso de que tus hij@s o alguien que conozcas se vea envuelto en esta situación.

¿Qué es el acoso escolar? Comprender, prevenir y actuar.

Para comenzar debemos tener muy claro qué es el acoso escolar para poder entenderlo, prevenirlo y actuar en consecuencia si nos vemos inmersos en esta situación. La RAE define acoso escolar como: «acoso que uno o varios alumnos ejercen sobre otro con el fin de denigrarlo y vejarlo ante los demás». Para la palabra acoso, la RAE utiliza los siguientes sinónimos o afines asociados a la definición: persecución, asedio, cacería, hostigamiento, presión, acorralamiento, arrinconamiento, agobio, atosigamiento, insistencia, incordio y molestia.

El acoso escolar es un comportamiento agresivo y no deseado entre niños en edad escolar que involucra un desequilibrio de poder real o percibido. El comportamiento se repite o tiende a repetirse con el tiempo. Tanto los niños acosados pueden sufrir problemas graves y duraderos.

El acoso escolar es un tema que hay que abordar en el momento en el que se detecta porque el tiempo, en estos casos, se convierte en factor determinante para la salud física y mental de la víctima. Existen diferentes tipos de acoso escolar.

  • FÍSICO: abuso, acoso o intimidación que se presenta de manera repetida y donde hay un contacto físico entre víctima y agresor: golpes, patadas, escupitajos, robos o destrucción de objetos personales.
  • VERBAL: insultos, burlas y mofas, mensajes amenazantes y humillaciones. No dejan marcas físicas, pero impactan directamente en la autoestima y autoconcepto de la víctima, dañando la manera de verse a sí misma y a los demás. La víctima de este tipo de acoso puede cronificar secuelas de baja autoestima y desconfianza hacia los demás de por vida.
  • PSICOLÓGICO: la RAE lo define como «práctica ejercida en las relaciones personales, consistente en dispensar un trato vejatorio y descalificador a una persona con el fin de desestabilizarla psíquicamente.
  • CIBERACOSO: acoso o intimidación por medio de tecnologías digitales. Puede ocurrir en redes sociales, en plataformas de mensajería, de juegos y teléfonos móviles. Es un comportamiento repetitivo que busca atemorizar, enfadar o humillar a otras personas. Ejemplos: difundir mentiras, publicar fotografías o videos vergonzosos en redes sociales o mensajería, hacerse pasar por otra persona y publicar mensajes en su nombre, etc.

Acoso y ciberacoso ocurren normalmente en paralelo.

En el siguiente enlace encontrarás datos sobre el caso de Jokin Zeberio.

https://www.eitb.eus/es/noticias/sociedad/videos/detalle/9586266/20-anos-desde-tragico-suicidio-de-jokin-zeberio-en-hondarribia-por-bullying

Factores que contribuyen

El acoso escolar o «bulling» viene dado por desequilibrios de poder. Los agresores buscan establecer control y dominio mientras que los observadores (espectadores) refuerzan las conductas al no intervenir o incluso apoyar este tipo de conducta. La conducta se acaba consolidando y perpetuando la dinámica. Esto es lo que conocemos por dinámicas de poder y roles de grupo.

Otros factores que contribuyen son los personales y los familiares. La baja autoestima, las diferencias o las inseguridades pueden ser percibidas por otros como debilidades convirtiendo al niñ@ en víctima. La falta de apoyo emocional, ausencia de límites claros o los entornos familiares disfuncionales (violentos o negligentes) pueden predisponer a un niñ@ a convertirse tanto en víctima como en agresor.

Por último, la influencia de las redes sociales amplifica el alcance y la frecuencia del bulling permitiendo a los agresores actuar fuera del entorno escolar y de manera anónima.

Consecuencias

Este tipo de comportamiento tiene un impacto profundo y duradero en la persona afectada. Las consecuencias emocionales, psicológicas, académicas y sociales pueden ser devastadoras para la víctima si no se aborda el problema a tiempo y de manera adecuada. Voy a hablarte un poco sobre dichos efectos.

A nivel académico, lo primero que se podrá apreciar es una bajada del rendimiento escolar debido a la incapacidad del niñ@ para concentrarse. El absentismo escolar, es otra de las características que se presentará debido al miedo que experimentará a la hora de ir al colegio. La inacción, por parte de adultos o responsables, o la falta de apoyo emocional acabará convirtiéndolo en abandono escolar.

A nivel social también se darán consecuencias, la víctima evitará las relaciones con sus compañeros por miedo al rechazo lo que puede conducir a una soledad prolongada. Además, aparecerá el concepto de estigmatización, se le puede etiquetar como «débil» o «diferente» perpetuando la exclusión social. En la adultez, los niñ@s que fueron víctimas, presentan problemas de confianza, ansiedad social y dificultades en el manejo de conflictos interpersonales.

A nivel emocional y psicológico, la víctima presentará BAJA AUTOESTIMA y AUTOCONCEPTO NEGATIVO. Se sentirán inútiles, incapaces y poco valoradas. Además, el acoso constante genera un estado de alerta y preocupación crónica. Pueden presentar tristeza, desesperanza o síntomas de ansiedad y depresión. Si el tema se agudiza, las consecuencias pueden llegar a ser irreversibles para la víctima. En estos casos, el niñ@ acosado puede desarrollar desconfianza hacia los demás afectando a su desarrollo social a largo plazo. De manera más grave aún, pueden darse casos de estrés postraumático, en el que la víctima presente pesadillas, flashback o dificultades para sentirse segura.

Por último, si no se toman medidas a tiempo, abrumados por el dolor emocional, pueden llegar a autolesionarse o considerar el suicidio como única forma de escapar de la situación. Dos ejemplos, que yo tengo presentes cuando hablo de este tema, son los de Jokin Zeberio ( recogido en el enlace anterior) y Kira López que, después de sufrir acoso por parte de sus compañeros decidieron quitarse la vida. Ninguno llegó a cumplir 16 años.

¿Cómo identificamos a la víctima de acoso escolar?

No es nada fácil, la verdad. La vergüenza o el miedo al rechazo puede hacer que niñ@s y adolescentes no quieran hablar del tema. Sin embargo, existen señales clave en su comportamiento que pueden alertar a padres, tutor@s y cuidador@s. Dichas señales pueden darse en diferentes niveles.

  • EMOCIONAL: cambios de humor, baja autoestima, miedo o estrés, pesadillas, problemas de sueño, apatía o desmotivación.
  • FÍSICO: lesiones frecuentes, dolencias psicosomáticas, cambios en el apetito o falta de cuidado personal.
  • SOCIAL: aislamiento social, pérdida de amistades o evasión de interacciones.
  • ACADÉMICO: disminución del rendimiento escolar, faltas frecuentes a la escuela o desinterés por los estudios.

Además de todas estas, se puede dar el caso también de frecuentes pérdidas de objetos u objetos que regresan dañados, silencio sobre cómo le ha ido el día o reacciones desproporcionadas (llanto o ira) consecuencia de la acumulación de tensión emocional.

¿Cómo actuar frente al acoso escolar?

Por último, me gustaría hablarte de qué podemos hacer en caso de encontrarnos en esta situación, ya seamos padres, profesores, cuidadores, etc.

Lo primero es identificar y confirmar el caso. Si la propia víctima o alguien de su entorno nos informa de la situación, es importante escuchar el relato, sin juzgar y validando los sentimientos. Posteriormente, realizar una observación de las señales que puedan ser indicativas de acoso. También, nos ayudará a situarnos, hablar con testigos o revisar mensajes (en el caso del ciberacoso).

La protección de la víctima es fundamental para que se sienta segura y apoyada. Nunca hay que exponer a la víctima frente al agresor durante la investigación de los hechos. En la medida de lo posible, facilitar la ayuda psicológica.

Informar a las autoridades escolares y a los padres. Pedir una reunión para tomar medidas inmediatas si se tiene certeza de que se está dando dicha situación. Si los padres o el centro no colaboran o agravan el problema se debe avisar, o denunciar en su caso, ante las autoridades competentes. Además se deben implementar estrategias educativas, reforzar la autoestima de la víctima y enseñarle estrategias de afrontamiento.

Desde mi punto de vista, lo más importante es, crear un entorno preventivo para dichas conductas, ya sea en la escuela, en el barrio o donde se esté dando dicha situación. También es muy importante el seguimiento del caso y evaluar, si está en tu mano, si las medidas tomadas han sido suficientes para atajar el problema.

La clave está en no ignorar las señales y actuar lo más rápido posible para poder acabar con la situación antes de que las consecuencias sean irreversibles.

Conclusión

No voy a hacerte un resumen de lo explicado en este artículo porque considero que los enlaces que te he dejado son suficiente para resumir la importancia de atacar el tema del acoso escolar desde donde debe hacerse, la escuela. Debe ser la escuela en colaboración con los padres y velando siempre por la seguridad de la víctima la que ponga todos los recursos que estén en su mano para extirpar este problema, llevándolo a instancias superiores si se ven sobrepasados por la situación.

No es un tema que debamos ignorar, no se puede mirar hacia otro lado. Las consecuencias derivadas, a todos los niveles, pueden ser fatales para la víctima. El acoso no solo se da en niveles inferiores, como pueden ser colegios o institutos, se traslada también a ambientes sociales y laborales. Muchas veces, niños que han sido acosados en su etapa como estudiantes vuelven a ser víctimas de diferentes tipos de acoso en su vida adulta. De ahí la importancia de acabar con esa conducta en el momento para que las consecuencias inmediatas o a largo plazo no sean devastadoras.

Bibliografía y recursos adicionales.

  • www.unicef.org
  • www.stopbulling.gov
  • www.psicologiaymente.com
  • www.sociograma.net
  • www.datakivaprogram.net
  • www.clinicbarcelona.org
  • www.youtube.com
  • www.eitb.eus

3 comentarios

  1. Muy interesante el artículo y el tema tratado. Lamentablemente, el acoso escolar es algo que ha existido siempre y sigue existiendo. Es por ello que hay que poseer información adecuada sobre el tema para poder actuar ante cualquier alerta que nos índique que una persona está sufriendo este tipo de acoso. Actuar con cautela desde los centros educativos concienzando tanto a las familias como a los propios alumnos y educadores es esencial para poder intervenir de forma apropiada y denunciar en caso de que sea necesario antes de tener que lamental estas terribles consecuencias como has expuesto en los dos casos explicados. Conocia el caso de Jokin ya que fue muy sonado cuando sucedió, pero sin embargo desconocia el caso de Kira. Muchas gracias por compartirlo. Suerte y mucho ánimo con el blog 😉

  2. Muy bueno el reportaje, me encanta que haya gente que se preocupe por poner cada vez más, este tipo de mensajes
    Creo que sigue habiendo todavia, mucho trabajo que realizar
    No deberían permitir, los móviles en ningún centro educativo
    Se evitarían muchos problemas👍👍

  3. Muy bien expuesto y explicado, a ver si se acaba con esa lacra. Pero como dices en el artículo tiene que ser un trabajo serio entre padres y educadores que son los que van a notar las señales y después ir a por todas contra los acosadores.

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